La lucha por el acceso a la educación
Educación superior para las mujeres
Con el establecimiento de la educación obligatoria por María Teresa en 1774, la educación dejó de ser un privilegio exclusivo para las clases sociales más altas. Sin embargo, la educación primaria de las niñas, cuya duración era de seis años, se abocaba a la enseñanza de manualidades. No sorprende entonces que la lucha por una educación superior fuera un asunto clave en el movimiento de la mujer.
Eugenie Schwarzwald
Directora de colegio (1872—1940)
Frustrada por la oferta poco inspiradora de la institución de formación docente de su ciudad natal Czernowitz, la jóven Eugenie Schwarzwald decidió abandonarla para estudiar Filosofía en Zúrich, donde se doctoró en 1900. Al año siguiente asumió provisoriamente la dirección de un liceo de mujeres en Viena. Debido a que no contaba con un certificado de enseñanza y a que su doctorado suizo no se había reconocido, muy a menudo era necesario que otros maestros la sustituyeran como directores, lo que, no obstante, nunca frenaría sus actividades. De todos modos para la sociedad vienesa siempre fue conocida como la “Sra. Doctora”. Ya en 1911 su Mädchengymnasium (Instituto de Enseñanza Secundaria para niñas) permitió a las niñas hacer por primera vez el examen de ingreso a la universidad (Matura). Muchas veces tuvo que luchar por el reconocimiento oficial de sus profesores. De esta manera no se le renovó el contrato al profesor de dibujo Oskar Kokoschka con la siguiente excusa: “El plan de enseñanza no necesita de genios.” En el colegio de Schwarzwald se prohibía el uso del corsé y además se impartían clases de educación física al aire libre en una terraza. En 1938 mientras Eugenie Schwarzwald se encontraba en Dinamarca para intercambiar ideas con educadoras de allí, los nacionalsocialistas cerraron su colegio y confiscaron su propiedad. Dos años más tarde murió en Zúrich en el exilio, sin haber vuelto nunca más a Austria.
Iduna Laube
Defensora de los derechos de la mujer (1808—1870)
Junto a su segundo marido, el dramaturgo y escritor Heinrich Laube, Iduna Laube se mudó en 1850 de Sajonia a Viena. Allí, sus actividades como defensora de los derechos de la mujer buscaban impulsar el movimiento femenino en Austria. El matrimonio dirigía en Viena un salón de literatura que también le servía a Iduna Laube como centro para difundir sus propias ideas políticas y económicas. Se interesaba especialmente por las propuestas del político Johann Ferdinand von Schrank de posibilitar y facilitar el acceso de las mujeres a la educación y a un trabajo remunerado. Inspirada por este modelo, publicó el estatuto del Wiener Frauen-Erwerb-Verein (Asociación vienesa de Empleo de la Mujer), que fundó finalmente el 13 de noviembre de 1866. De esta forma marcó un hito, pues se trataba de la primera organización de mujeres que no perseguía únicamente intereses caritativos, sino también económicos. En memoria de su trabajo y compromiso, más tarde se cambiaría el nombre de la asociación por Iduna-Laube-Stiftung (Fundación Iduna Laube).
Olga Prager
Pintora (1872—1930)
El obituario de la revista Die Österreicherin (La mujer austriaca) del 1 de mayo de 1930 incluía la siguiente cita: “Con la muerte de Olga Prager perdimos una artista que no solo destacó por su seria voluntad artística, sino también por su fuerte don innato y su atractiva personalidad”. La pintora vienesa, proveniente de una familia burguesa, demostró interés por la pintura desde su temprana juventud. Se formó a través de clases privadas con el pintor de género histórico y crítico artístico Adalbert Franz Seligmann. En aquella época aún se les negaba a las mujeres el estudio en la Academia de Bellas Artes.
Antes del estallido de la Primera Guerra Mundial viajó a Estados Unidos de América, donde recibió varios encargos. El aporte más significativo al mundo artístico austriaco no fue tanto su arte como la fundación de la Kunstschule für Frauen und Mädchen (Escuela de Arte para Mujeres y Niñas) en el año 1897. Ésta se convirtió en la primera institución pública en la que las mujeres podían formarse como pintoras, artistas gráficas o escultoras. La República de Austria galardonó a Olga, a raíz de los 30 años de existencia de la escuela, con una condecoración honorífica en plata.
Marie Schwarz
Educadora y política (1852—1920)
Marie Schwarz se convirtió en 1891 en la primera directora de un colegio moderno de educación primaria y secundaria para mujeres. Comprometió toda su vida a la igualdad de derechos de las maestras con los de sus colegas masculinos. En 1875 se asoció al Verein der Lehrerinnen und Erzieherinnen in Österreich (Sociedad austriaca de Maestras e Institutrices), primero como su vicepresidenta y luego desde 1896 hasta su muerte como su presidenta. Entre otros puestos ocupó el de la presidencia de la comisión escolar del Bund österreichischer Frauenvereine (Federación de asociaciones austriacas de mujeres). Esta función le permitió formar parte de la fundación del primer Gymnasium (Instituto de Enseñanza Secundaria) para mujeres. Junto a Auguste Fickert y como cofundadora del österreichisches Frauenstimmrechtskomitee (Comité austriaco de Sufragio Femenino) también se comprometió con la lucha de los derechos al voto de la mujer. Además de todas estas tareas escribió artículos para publicaciones como Österreichische Lehrerinnenzeitung (Periódico austriaco de Mujeres Maestras) y fue coautora de muchos libros de lectura para colegios secundarios de Austria. Hoy día el Marie-Schwarz-Lehrerinnenheim (Hogar de Maestras Marie Schwarz) conmemora su esfuerzo por brindar una vida más cómoda para sus colegas.
Bertha Pappenheim
Defensora de los derechos de la mujer y trabajadora social (1859—1936)
La defensora de los derechos de la mujer y trabajadora social Bertha Pappenheim, también y probablemente más conocida como “Paciente Ana O.”, aparece en varios contextos como personaje histórico. Por un lado como caso de estudio en Studien zur Hysterie (Estudios sobre la Histeria) de Josef Breuer y Sigmund Freud en el año 1895, donde su enfermedad recibe una mención destacada. Sin embargo, los autores omitieron decir que su “exitosa” terapia estuvo seguida de cuatro estadías en el sanatorio. Por otro lado, esta hija de una familia acomodada judía estaba dedicada en cuerpo y alma a la erradicación de la prostitución y del tráfico de mujeres. En 1888, tras la muerte de su padre, se mudó junto a su madre a Frankfurt para estar cerca de su familia. Allí puso su mayor esfuerzo sobre todo por mejorar el derecho al trabajo de la mujer dentro de la comunidad judía, se involucró en el Jüdischer Frauenverein (Asociación Judía de Mujeres) y dirigió a partir de 1897 un hogar para niñas huérfanas. En 1904 fundó el Jüdischer Frauenbund (Federación de Mujeres Judías) e inauguró tres años después un asilo de mujeres en Neu-Isenburg. Su forma práctica y sistemática de proceder en el trabajo social marcaría de un modo duradero a las generaciones futuras.