En julio de 1948 llega Celan a París, ciudad en la que se establecerá por el resto de su vida. Al principio tiene muchas dificultades para asegurarse el sustento, trabaja ocasionalmente en fábricas como intérprete y traductor, pero continúa sus estudios y acaba la École Normale Supérieure con un diploma en literatura y lingüística. En 1952, Celan lee poemas suyos en Niendorf, durante un encuentro del Grupo 47. Entre otros, lee también la «Fuga de muerte». A pesar de la actitud de rechazo de los miembros del grupo, esa presentación marca el comienzo de su ascenso literario. Ese mismo año, la publicación del libro Amapola y memoria lo convertirá en un escritor conocido.