En 1947 se publican los primeros poemas de Celan, entre ellos la famosa «Fuga de muerte», en traducción de Petre Solomon (con el título de «Tango de muerte»). Bucarest despierta en Celan sentimientos ambivalentes: por un lado se siente fascinado por la capital cultural; por el otro, en cambio, se ve cada vez más aislado debido a su lengua materna, la cual —sobre todo después de la guerra— no parece ofrecerle perspectivas de trabajo. Es cierto que la revista Agora, editada por Ion Caraion y Virgil Ierunca, publica tres de sus poemas en lengua alemana, mientras que Alfred Margul-Sperber envía versos suyos a redacciones de cultura en Viena o Salzburgo y recomienda al poeta a varios amigos. Pero ninguno de esos esfuerzos tiene el parincipio demasiado éxito.