«Sólo más allá de los castaños está el mundo»
Del poema «Al otro lado», La arena de las urnas, 1948 (traducción al español de José Luis Reina Palazón)
La casa paterna en Czernovitz, en el número 5 de la calle Wassilko (actualmente el número 3 de la calle Saksaganskogo), está rodeada de castaños. La capital multicultural de la Bucovina, región que antiguamente formaba parte del Imperio Austro-Húngaro, es una ciudad con fuertes influencias de Europa central. Allí Celan asiste primero a la escuela alemana, más tarde a la escuela hebrea y, finalmente, a los institutos rumano y ucraniano. A partir de 1934, tras celebrar la ceremonia del bar mitzvá, Celan pone fin a sus contactos con la sinagoga, al tiempo que se manifiesta contrario a las convicciones sionistas de su padre. A la vez, empieza a desarrollar un compromiso político de tendencia izquierdista, sin llegar nunca a radicalizarse. Varias décadas más tarde, algunos amigos guardan un buen recuerdo del joven sociable, amante del deporte y flaco como un «joven aliso» que impresiona con sus «dulces ojos de cervatillo» (Ilse Goldmann).