En diciembre de 1947 Celan huye a Viena, donde establece muy pronto vínculos con el mundo literario y artístico. Allí conoce a Ingeborg Bachmann, con quien vive un idilio breve que, con el paso de los años, pasará de ser un amor imposible a convertirse en una sólida amistad, aunque no exenta de conflictos. En su novela Malina, publicada en 1971, un año después de la muerte del poeta, Bachmann, al referise a Celan, escribirá: «Él fue mi vida. Lo amé más que a mi vida».