Klimt y Emilie Flöge
Las tres hermanas, Pauline (1866-1912), Helen (1871-1936) y Emilie Flöge (1874-1952) tenían -lo que en su tiempo era bastante inusual- un gran salón de moda llamado Schwestern Flöge (Las hermanas Flöge) en la Casa Piccola (1c de la calle Mariahilfer, distrito seis de Viena). Eran hijas de Hermann Flöge (1837-1897), un hombre que había conseguido pasar de ser un fabricante de pipas de espuma de mar, a ocupar una posición en una clase social media alta. El salón de moda fue creado por la Wiener Werkstätte, el cual prosperó de forma deslumbrante, y pasó a ser en poco tiempo un lugar popular de encuentro para la alta sociedad.
A decir verdad, Klimt conoció a Emilie a través de su hermano Ernst, quien en 1891 se casó con Helen, la hermana de Emilie. A consecuencia de la temprana muerte del hermano de Klimt, en 1892, éste se convirtió en el tutor de su hija, Helen Luise (1892-1980). Esta afinidad no sólo trajo consigo que Klimt y los Flöge realizaran regularmente actividades juntos, como ir al teatro, a exposiciones y a la ópera, sino que también fueran juntos de vacaciones. El verano anual en el lago Attersee, entre 1900 y 1916, fue lo que sobre todo unió a Emilie, una exitosa y atractiva mujer de negocios, y a Gustav, un artista de 22 años.
En 1907, Emilie fue la modelo para la pintura más famosa del artista, El beso. Gustav Klimt también se inmortalizó a sí mismo en el cuadro y, además, lo tituló Los amantes. La presentación de Klimt del eterno amor idealizado no muestra el aspecto erótico de éxtasis, sino el tierno abrazo de una pareja. Completamente vestidos, envueltos con túnicas ornamentales y de pie en un prado cubierto de flores, resaltan por su silueta con respecto al amplio fondo monótono. La pintura fue exhibida por primera vez en 1908 en el Kunstschau (exposición de arte y artesanía de Viena de 1908) en Viena, donde sería adquirida por el Estado austriaco. Hoy en día, el retrato de Emilie y Gustav representa el icono de la Galería Belvedere de Austria.