Klimt como dibujante
Las pinturas de Klimt experimentaron estilísticamente el cambio del historicismo, a través del modernismo, a las primeras obras de un expresionismo temprano. Como primera etapa de su desarrollo se pueden nombrar los diseños finales para la obra publicada Allegorien und Embleme (Alegorías y emblemas) de Martín Gerlach (1881-1884), así como los estudios para la sala de música del Palacio Dumba (1898-1899). A finales de 1890 se hizo notar el estilo llamado Schraffurenstil (estilo de rayados). Líneas paralelas que van desde arriba a la derecha hasta a abajo a la izquierda, caracterizan en forma de “lluvia gráfica” la forma de dibujar que con gran efecto cambia de un color claro a uno oscuro.
A diferencia de sus pinturas, los dibujos de Klimt fueron a menudo objeto de una crítica particular. Simplemente una opinión sobre una de sus obras, con motivo de una exposición en la Galeria Miethke en Viena en 1910, que la calificó de pornográfica, lo llevó a no exponer prácticamente nada en Austria, en sus siete últimos años de vida. El erotismo de sus dibujos no sólo se basaba en la temática, sino que también se expresaba en la dinámica línea del contorno del desnudo y en los pliegues y las arrugas de la ropa de las personas retratadas. Especialmente las obras de los años posteriores a 1910 fueron las que establecieron la fama mundial de Klimt como dibujante. Sus desnudos parecen ahora de alguna manera espiritualizados, desmaterializados y en unión con el infinito.